Las cifras de empleo en diciembre volvieron a empeorar con respecto al mes anterior y pusieron fin a una incipiente desaceleración de la caída que se venía observando a medida que se flexibilizaba la cuarentena, según un relevamiento del Ministerio de Trabajo.
De acuerdo con la encuesta de indicadores laborales que la cartera laboral realizó a 2891 empresas de todo el país, la contracción fue de 0,2% en el último mes de un año que terminó con una caída de 2,8%, la mayor en términos anuales desde 2002, cuando comenzó la serie.
Así, revirtió la muy leve desaceleración de la caída que se venía observando desde septiembre, y que incluso había logrado una recuperación en noviembre, pero sin una disminución de la tasa de contrataciones, que se mantuvo en 1,3% como en el mes previo.
El aumento fuerte de la tasa de desvinculaciones de 1,1% a 1,5% marcaron el rojo en diciembre, con una mayor apertura de las actividades y de las empresas, aunque el Gobierno desliza la posibilidad de que se deba a factores estacionales relacionados con parates veraniegos en la construcción.
Es la tasa de salida más alta desde marzo, que registró una de 1,9% no bien comenzó la cuarentena: desde abril osciló entre 0,8% y 1,1%, aunque en un sendero creciente a medida que se levantaron las restricciones y más empresas internalizaron el derrumbe de la economía al volver a operar en medio de la pandemia y redujeron personal. Otras compañías, especialmente pymes y comercios, directamente no volvieron a abrir.
El otro gran dato negativo pasa por las expectativas para el primer trimestre de 2021. Es que la tendencia por la que se reducían mes a mes las perspectivas pesimistas para los tres meses siguientes se revirtió drásticamente en diciembre.
Mientras desde julio se observaba una expectativa neta cada vez menor que se revirtió en octubre (1,1%) y noviembre (0,8%), el último dato mensual de diciembre arrojó una previsión neta de -0,4%, a partir de un 4,3% de las empresas encuestadas que espera reducir personal y un 3,9% que augura aumentarla.
En este caso, respecto a meses anteriores, se trata de un leve alza de las expectativas de desvinculación y de una caída mucho más ostensible de las perspectivas de contratación.