Es probable que haya que llamar a un miembro de la Academia Guinness para que certifique si no estamos ante la indagatoria más larga del mundo. Porque una vez más y por razones que a esta altura ya suenan a chicanas palaciegas, se suspendió la indagatoria a Pablo Moyano en la causa de la asociación ilícita de la barra brava de Independiente. En realidad, la audiencia comenzó pero se paró justo cuando debían leerle las pruebas en su contra tras más de una hora de idas y venidas entre el fiscal Sebastián Scalera y la jueza Brenda Madrid de un lado, y el titular de Camioneros y su abogado, Daniel Llermanos, del otro. Esta vez el motivo de la suspensión fue que el letrado aseguró que no había leído la causa porque no pudo abrir por problemas tecnológicos el archivo que el 14 de agosto le envío la fiscalía, por lo que no podía defender a su asistido correctamente. Todos se miraron asombrados, Llermanos insistió en que era un acto esencial no cumplimentado por una falla técnica y entonces le enviaron otra vez el enlace por la plataforma Google Drive. En ese instante lo abrió sin problemas pero claro, pidió un cuarto intermedio para interiorizarse de las pruebas y poder armar su estrategia, por lo que la jueza decidió dar por terminado el acto y reanudar la indagatoria el próximo jueves a las 9,30. Creer o reventar.
La mañana había empezado movida porque el abogado había jugado dos cartas previas para suspender la indagatoria. Primero presentó un escrito diciendo que la plataforma Microsoft Teams, elegida para el acto virtual, no aseguraba confidencialidad. Le dijeron que era la autorizada por la Procuración bonaerense pero insistió en su planteo, que quedó denegado cuando la propia Procuración mandó una nota certificando el sitio web. Después y ante la evidencia de que había una persona de soporte técnico por si fallaba la conexión, pidió nombrar un perito de parte porque no confiaba en quien la Justicia había designado. Otro cuarto intermedio hasta que le fue denegada la moción. Parecía que ahora sí comenzaba la audiencia, pero Llermanos pidió el apartamiento de uno de los fiscales presentes, Pablo Rossi, porque éste había pedido su detención tiempo atrás acusándolo de un presunto intento de fraguar pruebas en este mismo expediente, en una causa que también tiene imputados a los abogados Víctor Hortel y Facundo Melo, ex letrado del barra Damián Langaronne, quien a su vez está procesado por su participación en la causa de espionaje ilegal llevada adelante por el gobierno anterior. Esta vez sí Llermanos ganó la partida y Rossi debió abandonar la sala virtual.
Ahí, ya también con la presencia de Hugo Moyano hijo junto a su colega y a su hermano en la sede de Camioneros, empezó formalmente la audiencia y el fiscal Scalera, después de tomarle los datos personales y hacerle saber sus derechos, le describió a Pablo Moyano el delito que se le imputa, que es ser jefe de una asociación ilícita conjuntamente con la cúpula de la barra de Independiente y otros dirigentes, entre ellos Héctor Yoyo Maldonado, secretario general del club y también hombre clave de Camioneros, y el ex vicepresidente Noray Nakis.