La Corte anuló este jueves la reforma del Consejo de la Magistratura que Cristina Kirchner ideó en 2006 para darle mayor gravitación a la política en el organismo que tiene un papel clave en la designación y remoción de jueces.
El fallo del máximo tribunal implica una derrota total para el Gobierno y especialmente para la vicepresidenta. Se regresa al viejo esquema de veinte miembros, se exigen mayorías de dos tercios para nombrar y destituir jueces y el presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, es repuesto como presidente de la Magistratura.
Además, se estableció un plazo perentorio de cuatro meses para que se incorporen a los nuevos miembros, mientras el Congreso se tome su tiempo para dictar una nueva norma que contenga estos cambios.